domingo, 29 de agosto de 2010

la escuela desescolarizada de Ivan Illich

Iván Illich

Nació en Viena el 4 de Septiembre de 1926. Cursó estudios Eclesiásticos de Teología y Filosofía. Fue Sacerdote. Sus obras fueron: Energía y Equidad, Némesis Medica, La Convivencialidad, Alternativas II, El género vernáculo,El H2O y las aguas, y la Sociedad Desescolarizada. Murió el 02 de Diciembre del 2002 en Bremen.

La sociedad Desescolarizada trata de la substitución de los sistemas escolares en redes gracias a las que el individuo accede libremente a la escuela. Illich distingue la educación en dos niveles, el aprendizaje de una determinada destreza, y por otra parte está la educación para el empleo exploratorio y creativo de estas destrezas

Illich critica que la escuela no es un lugar en el que se pueda aprender ni una cosa ni otra. Las capacidades y que es capaz de “configurar en torno al alumno unas circunstancias fijas que permitan desarrollar reacciones o repuestas normales”, para Illich la escuela es un lugar en el que quedan en suspenso los cimientos de la sociedad democrática para la que pensamos educar. Illich hace más grafico al maestro le exigimos que asuma a la vez las tareas de juez, legislador y ejecutor, aparte de ideólogo, medico, predicador, terapeuta y custodió; sin olvidar que su tarea será más valorada si por el camino es capaz que los chicos aprendan de matemáticas o latín.

El sacerdote cita la enmienda de la constitución de los estados unidos, que garantiza “la libertad de religión, expresión, reunión y de ser oído por la justicia, además de garantizar los derechos a no tener que responder de delitos sin acusación con pruebas, a no ser juzgados veces por la misma causa, a no declarar en contra de uno mismo, a no ser privado de la libertad sin el adecuado proceso legal y a ser indemnizado por una expropiación.

El filósofo no encuentra nada positivo sobre las instituciones que arrasa las contradicciones, transmitiendo solamente una visión de la sociedad, contribuyendo a consolidarla y perpetua: “la experiencia no mesurada se escapa… han desaprendido a hacer lo suyo o a ser ellas mismas, valoran sólo aquello que ha sido fabricado o podría fabricarse… quien acepta la escuela... es fácil presa de otras instituciones”. El objeto institucional engulle de esta forma las diferencias que pudieran producirse entre profesores y que se equilibrarían mostrando así la diversidad social; la autonomía del profesor quedaría anulada por el tamaño y estructura de la escuela.

Este Teólogo también ataca el concepto de niñez, ya que el recuerda que la niñez es un concepto de burgués en base al cual se construye un mundo específico para los niños, en el que estos disponen de una réplica de la realidad a su tamaño. Destacó dos tipos de instituciones; instituciones coviviales que son las que responden a un uso espontaneo por parte de cliente, agentes libres; las reglas que se producen en su seno están dirigidas a evitar abusos y a fijar el límite para su empleo (parques, lavanderías, alcantarillado; y las instituciones manipulativa son las que exigen un compromiso obligatorio, aparte de selectivo. Sus normas exigen consumo o participación no queridos, haciendo de sus usuarios víctimas de la publicidad y el adoctrinamiento; existe un momento en el que la institución comienza a desviar recursos desde su finalidad original hacia la tarea de convencer al consumidor de que no puede vivir sin lo que se le ofrece.

Este pensador en su crítica a la escuela reside a la siguiente cuestión “Educación para todos significa educación por parte de todos. Cultura popular significa que moviliza a toda la población”. “¿No es el mayor fruto del trabajo la educación que se deriva de él? Y la oportunidad de enseñárselo a otros”, de comunicarles nuestros pequeños descubrimientos y formulas. Las críticas a la niñez... a la que alguien tiene que administrar, este teólogo aboga por la apertura de todas las puertas, por permitir el acceso a todos los lugares de la ciudad, hacer de todos ellos una posibilidad de educación, propone sustituir la escuela por estructuras que permitan a cada hombre definirse él mismo aprendiendo y contribuyendo al aprendizaje de otros. La iniciativa educativa se encuentra siempre en manos del individuo, o de sus tutores más inmediatos. El clérigo entiende que las preguntas con respeto a la educación están mal formuladas; frente a “¿Qué debiera aprender alguien?”, el que plantea “¿con que tipos de cosas y personas podrían querer ponerse en contacto los que busca aprender a fin de aprender?” Illich nos afirma la educación como algo que concierne a las personas, de esta forma, la ciudad debería ser el lugar que posibilitara la convivencia de personas en distintos momentos de aprendizaje.

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